Iglesia Luterana Costarricense

una iglesia sin paredes.

Por los campesinos, la opción por los sin tierra

La cruda situación de los/as parceleros/as de la región de Sarapiquí es la expresión local de una crisis de orden estructural propia del sector agrario a nivel nacional. En Costa Rica en los últimos 20 años se ha “apostado” por un modelo de desarrollo que excluye y/o posterga en la agenda nacional el apoyo al mediano y pequeño productor agrícola.


Contexto y coyuntura:

En Sarapiquí, Limón, muchos de estos, que trabajaban temporalmente en las compañías bananeras. Particularmente la región Norte del país es una de las que han tenido y continúa teniendo grandes conflictos de tierra.

Los representantes del Instituto de Desarrollo Agrario únicamente revelaron que tan solo en el caso de Sarapiquí, existen 17 mil hectáreas invadidas, en 21 fincas en las que se alojan 1.278 familias, mientras que en San Carlos se reportan tres reservas forestales ocupadas por invasores.

Antecedentes:

La Iglesia Luterana recibió una invitaron por parte de los trabajadores bananeros, que habían sido anteriormente campesinos sin tierra. La ILCO decidió ir a visitar a estos campesinos sin tierra y se encontraron con múltiples necesidades, no solo de carácter material sino de ayuda espiritual.

Al sentir que el Espíritu Santo estaba moviendo a la Iglesia a comprometerse en esta lucha, , la ILCO decidió seguirlos visitando semana a semana. Muchos otras tomas de tierra extendieron la invitación para que al Iglesia celebrara la palabra.

Este compromiso ha crecido cada día ante los testimonios de muchos campesinos que asisten a las celebraciones y piden el apoyo solidario

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